VUELAN, ELLAS VUELAN

 

Ahora que aquí arrastramos los pies por el fango de la política; ahora que la diplomacia se arrastra ante un rey de poder omnímodo; ahora que nuestra salud se patea como si fuera un balón que no puede correr por el barro. Ahora, ahora ellas vuelan. Y de pronto todo es sencillo y luminoso, y no necesitan un jet para despegarse de tanto suelo, de tanto barro, de tanto fango; basta con un avión de papel y con el impulso de sus piernas limpias y jóvenes para volar. Y para pedir la Paz, que no es la rendición, sino la justicia. La Paz en el Sáhara solo será posible si los adultos les imitan… y también vuelan.

 

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