Me piden que pinte la E del cartel del “Bubisher”. Y mi cabeza, mientras relleno de negro la letra, revolotea por todas las es que conozco:
No quiero pintar la e de expolio, ni la e de encierro, me apetece pintar la e de entusiasmo y de esperanza.
Odio pintar la e de exilio y de enemigo, prefiero la e de escuela y de epopeya.
Me cuesta mucho pintar la E de España y de excusa, y de engaño; se me pasa cuando pinto la e de encuentro, empeño y energía.
Voy a cambiar la e de espina por la de espiga, la e de espera por la de estrella; las espigas y las estrellas que más pronto que tarde voy a ver en mi tierra.
Aprieto bien fuerte, con rabia, el rotulador para pintar la e de encierro, éxodo, escasez, espanto y emergencia. Lo acaricio suavemente cuando escribo la e de educación, ejemplo y estudio.
Ya casi he acabado. Solo me queda la R, la r de resistir.
Javier Bonet