Están cambiando los tiempos, ¿para bien o para mal?, ¿para mal o para bien?… De repente, en pocos meses, todo se acelera: Noruega encuentra litio y fosfatos en su territorio, y Estados Unidos pasa a ser el primer inversor en Marruecos, y China tiene interés en el Sáhara, y hay un golpe de Estado en Niger… Y después de 47 años -tras aquellos procuradores saharauis que ponían la nota de color colonial en las Cortes franquistas-, Tesh Sidi, una joven saharaui nacida en los campamentos de refugiados de Tindouf, esta vez elegida democráticamente y no “designada”, ha pasado a ser una de las diputadas de la XV Legislatura del país que prometió que su pueblo sería libre…Y, en Marruecos, Mohamed Ziane, un exministro de Derechos Humanos de ochenta años, es condenado a tres años de prisión por levantar su voz contra la represión y contra las prolongadas ausencias del país del monarca Mohamed VI.
Y cuando el tiempo te acucia, cuando quedan lejos los días en que caminaba por el cauce seco y cuarteado de la Sequia el Hamra preguntándome si la existencia tenía alguna razón de ser y observaba a las tórtolas exhaustas que encontraban un mínimo charco, es inevitable recordar los versos del poeta iraquí Abd al Wahhab al Bayati:
POR EL AMOR
Para que nos riamos al sol
en las playas de los mares
recogiendo conchas
y cortemos narcisos en los jardines del día,
para que los vientos de la noche
y las lluvias
desafíen a nuestras casas
que sueñan flores,
para que escribamos poemas
a los bellos ojos de nuestra tierra
y cojamos frutos de mil jardines
y a pesar de nuestras querellas
juntos estemos en casa,
para que sea destruida
la noche de los ídolos
y triunfe la vida,
he cantado al amor
y a la paz
y a los pequeños,
¡Ah! mis hermanos mayores
Emilio Sánchez Blanco