Vestida de Nit
Pinto les notes d’una havanera
Miro el paisatge, cerco paraules
Si pogués fer-me escata
Si pogués enfilar-me a l’onada més alta
Els vells em parlen plens de tendresa
Els ulls inventen noves històries
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Vestida de Noche
Pinto las notas de una habanera azul como el agua de un mar antiguo, blanca de espuma, dulce como el aire, gris de gaviotas, dorada de imágenes vestida de noche.
Miro el paisaje, busco palabras, que llenen los versos sin desazón. Los pinos me abrazan, oigo cómo callan, el viento se lleva todo el horizonte.
Si pudiera hacerme escama y esconderme en la playa para oír sonidos y tardes del pasado, de aquel mundo de añoranzas, amor y calma, perfumado de luna, fuego y ron.
Si pudiera subirme a la ola más alta y adornar de palmeras el recuerdo, esparciendo con canela todas las calas y con conchas hacerles una cuna.
Los viejos me hablan llenos de ternura, de horas vividas con emoción. Jóvenes aún, fuertes y valientes, príncipes de red, héroes de tormenta, amigos del buen tiempo.
Los ojos inventan nuevas historias, barcos que vuelven de un lugar de sol llevan tonadas enamoradas, mujeres y Patria, velas y flores.
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Una canción para el Bubisher, una canción para una noche de verano, … y me encuentro con esta preciosa habanera interpretada con la maravillosa voz de Silvia Perez Cruz, habanera compuesta por su padre Castor Perez y a la que su madre, la poeta Gloria Cruz añadió color y textura con sus versos. Las habaneras de Catalunya fueron en un principio creadas por la población catalana que había emigrado a Cuba y más tarde regresaría portando aromas de salitre caribeño, recuerdos y nostalgia de la isla.
El Sahara no es una isla caribeña pero comparte su mar con ese gran pueblo, el Cubano, que supo tenderle su mano solidaria cuando más lo necesitó. A orillas del Atlántico ambos territorios, el del Sahara Occidental y el de la mayor de las Antillas, se dejan rodear y acariciar por las mismas aguas, pues no quiere el mar ser cómplice del aislamiento y maltrato ejercido a pueblos olvidados por la comunidad internacional. Esta habanera rememora Cuba desde la distancia, desde la añoranza, quizás de forma muy parecida a la que muchas personas saharauis podrían ahora recordar su tierra de origen, su cachito de océano, después de tantos años de espera en el refugio y en el exilio.
Una corriente marina circular en el sentido de las agujas del reloj envuelve con sus aguas una y otra vez las costas saharianas y las cubanas; la corriente de Canarias, la corriente Ecuatorial y la corriente del Golfo, las tres conforman ese río en el mar que abraza los dos territorios, enfría y templa sus aguas para aliviarles su dolor. Y mientras sigo escuchando esta canción, imagino también que cuando se formó la Tierra, el calor del sol y el frío de la atmósfera se compincharon con los vientos para que a modo de presagio crearan ese círculo que levantaría vientos de solidaridad entre los dos pueblos.
Koro Azkona
27 agosto, 2023 en 2023-08-27T11:01:50+00:000000005031202308
Ahora que todos corremos a prepararnos para estar en primera línea de salida después del verano agotador, es todo un detalle recordar con esta habanera que el pueblo saharaui lleva 50 años colgado en el baúl de los recuerdos de la Historia.