Cartas para el Sahara

Llegaron aquel día en el que en Bojador recibieron un pequeño bibliobús rojo anaranjado. En su interior iban muchas cosas, pero ninguna tan importante como las cartas. En el remite, los nombres de muchos niños y niñas de todos los colegios de San Fernando de Henares. En el interior, afecto, alegría, deseos de conectar, ganas de contar y de que les cuenten. Amistad incipiente.

Las cartas completaban lo que en San Fernando fue una auténtica explosión de apoyo a las bibliotecas Bubisher, una fiesta de solidaridad, una lección de empatía que las comunidades escolares dieron fuera de las aulas y que se deslizó hasta los campamentos.

Y desde los campamentos, los niños y niñas saharauis han empezado a escribir las suyas, que irán llegando con los voluntarios.

A veces llegan cartas, decía una vieja canción, con sabor a gloria, llenas de esperanza… Así son las cartas que unen en la distancia a tantos niños y niñas que no entienden de distancias.

 

 

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