LEYUAD EN MADRID: DÍA DEL ORGULLO SAHARAUI.

Decía ayer uno de los tres directores en la inauguración de la edición madrileña de Fisahara que Leyuad (un viaje al pozo de los versos) fue producida para que los saharauis se sientan orgullosos de su poesia, sus poetas, su paisaje y su escuela de cine. Y lo han conseguido. Ayer, en la Cineteca de Madrid, arrancaba una edición del festival de cine del desierto a la que “solo” le faltaban la arena y las estrellas, y ante un público que, literalmente, reventó la taquilla. Estuvo presente todo el equipo, pero se añoró a los protagonistas, Badi, Belga, Sidi Brahim, Bunana, Didda, Limam y Hamida. Se les añoró, porque durante más de una hora fueron compañeros de viaje de todo un auditorio que disfrutaba de esta película de carretera en un desierto sin carreteras. Una película imposible sin la Escuela de Cine Abdidjn Saleh, el Bubisher, el Ministerio de Cultura saharaui y la productora independiente Arbatásh!


A todos los que se quedaron sin entrada posible, les cabía el consuelo de que la película sigue en cartel hasta el 1 de junio. Se perdieron, eso sí, un debate intenso, con intervenciones que hicieron aplaudir a todos, y emocionarse a muchos. Es la primera película profesional saharaui, ha ganado ya tres premios internacionales, y promete ser el prólogo de una gran cinematografía propia. Suficiente para que se cumpla el deseo del orgullo por lo suyo, un acento enorme para la justicia de su causa por la libertad y la independencia.

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