Lo que tiene que pasar, pasará

Entrevista a Clara Bailo. A partir del minuto 6′

Como comenzaba el texto de Gonzalo que Pepa Bailo leyó en la presentación de “El niño de luz de plata”, en Zaragoza: A veces suceden cosas. Y aquella tarde sucedió algo. Entonces parecía nada, ahora parece un mundo.

Ese mundo es un libro que el sábado 29 de julio, se presentó oficialmente en sociedad. El Centro de Historias de Zaragoza nos acogió y agradecimos su generosidad, y con genersosidad participaron desde un puñado de niños y niñas saharauis hasta Manuel, el abuelo de Clara, y Carmen, su abuela adoptiva, ambos nonagenarios. Con ellos Sidahmed Darbal, Delegado saharaui en Aragón, representantes de alguno de los colectivos a favor del Sahara en Aragón- Jesús Maestro de Un Draiga, Presen y Jesús de Alouda-Huesca-, de A.I.S.A. – Comunidad Saharaui en Aragón- y así hasta ochenta personas que aportaron tanto calor afectivo como calor hacía en la capital maña.

El “Equipo A”(de Aragón) del Bubisher habíamos preparado el encuentro al que acudieron, desde Coslada, Pilar Segura, tesorera de excepción de la Asociación y, desde Londres, Clara Bailo, la ilustradora. Gonzalo no pudo acudir, pero estuvo. La lectura del texto que nos envió fue un momento entrañable.

Sidahmed Darbal dedicó unas palabras de agradecimiento al proyecto Bubisher por estar presente desde hace casi diez años en los campamentos, como uno de los proyectos culturales más importantes. Paco habló de la situación del pueblo saharaui, desterrado desde los años setenta al desierto o viviendo bajo el dominio marroquí en los territorios ocupados. Carmen y Pilar hablaron de los inicios del proyecto y de la situación actual. Y Bea mantuvo con Clara una conversación cariñosa y amable sobre el libro que nos convocaba.

Clara confesó que tuvo problemas para comprender cómo los dibujos que había realizado en todos sus viajes a los campamentos podían formar parte de un “objeto-libro”. Agradeció a María Beltrán, amiga de Barcelona, sus sugerencias ya que tomó sus ilustraciones, imágenes de diferentes cuadernos de viaje, y las puso en un formato que podía ser un libro.

Agradeció a Gonzalo su paciencia, a Violante, Llanos y Celia, editoras de Edelvives, lo fácil que había sido trabajar con ellas, y todo lo que le han enseñado, a Limam toda la faena que ha tenido cuadrando los textos, a todas las personas que le han ayudado en este proceso emocional, personal y, tal vez por eso, costoso. Seis años de trabajo que comenzó cuando, con Rogelio Martín, estaban construyendo la biblioteca en Smara y participaron en un taller con Gonzalo y un grupo de niños y niñas en Farsía. Pero, como ella dijo, el tiempo es relativo y en los campamentos no se puede medir del mismo modo que en la vorágine de las ciudades y parafraseó a los sabios saharauis, “lo que tiene que pasar, pasará y pasará cuando pase”, así que aquí están.

Hablaron de cómo el libro trasciende al Bubisher, aunque hay guiños al proyecto en las ilustraciones. Clara quería que estuviera presente, por su compromiso con él, por todos los viajes que ha realizado, con Pablo, Irene, Gonzalo, Roge, en los que siempre ha llevado sus libretas y de los que siempre ha vuelto con dibujos y mucho más.

No ha dibujado los rostros del niño ni de la madre intencionadamente, para simbolizar el olvido que sufre el pueblo saharaui que sigue condenado a vivir en el desierto, apartado de su propio territorio, sin identidad. Y porque ese niño y esa mujer debemos ser todos.

También nos relató que intentaba tres lecturas. Una primera, en la que no quería hacer una repetición del texto con las ilustraciones, quería que se complementaran, tenía que ser una luz para quien no hubiera estado nunca en los campamentos. La segunda supone complicidad con quien haya estado en los campamentos del Sahara y reconoce muchos detalles, los objetos cotidianos, las jaulas, las placas, los utensilios de las familias, las chanclas… La tercera tiene que ver con los elementos arquitectónicos, la relación con la construcción de la biblioteca, los paisajes, las figuras que a ella le interesan, le gustan, por su manera de ser, de mirar el mundo.

Beatriz contó que al tener el libro entre sus manos, una de las primeras sensaciones que tuvo fue la de recordar las noches del desierto, noches que había vivido en sus viajes a los campamentos, noches que emocionan.

Otro aspecto sobre el que se enfatizó fue el diseño en horizontal del libro para que los textos en español y en árabe tuvieran la misma consideración, ninguna cultura por encima de otra.

Y mientras Bea y Clara hablaban de esto y de más, podíamos ver una grabación de ese primer momento de creación del texto, con los niños y niñas de Farsía, con Gonzalo, Memona y Roge, cuando Clara dibujaba en el soporte de un kamishibai la historia de El niño de luz de plata que daba sus primeros pasos y que ahora ya ha crecido y podemos disfrutarla.

TEXTO DE GONZALO MOURE

A veces suceden cosas. Y aquella tarde sucedió algo. Entonces parecía nada, ahora parece un mundo. Los niños del club de lectura de Farsía, capitaneados por la maestra Enguía Ubud, siempre fueron muy especiales. No contentos con leer, más bien devorar, libros y libros, tanto que tenían al Bubisher exhausto, un día recompusimos la cancioncilla “mano con mano”. Era un regalo de Mehdi, un músico genial, una voz del pueblo. Pero era breve y se repetía una y otra vez el estribillo. Hasta que Enguía la entonó, despacio, marcando las sílabas lentamente, con su voz de niña. Luego se unieron los niños y las niñas, y así acabó de nacer lo que hoy es un auténtico himno. Pero poco después fue Tuttu la que me preguntó, una tarde de otoño, cómo se escribía un libro. Lo preguntaba de verdad, tal vez porque por un agujerito de gusano veía el futuro. Yo repliqué que era fácil, que bastaba con seguir el hilo. Escribir, dije, en realidad es “escrivivir”. Basta, añadí, con una buena primera frase, y después hay que seguir. Cuál, por ejemplo, preguntó la misma Tuttu. No sé, contesté. Pero miré al cielo, y vi la luna imponente que acompaña la vida de los refugiados saharauis desde hace cuarenta años: la luna de Tinduf, que es distinta a todas las lunas que podemos ver desde nuestras mezquinas ciudades. Así que dije: “Una noche, de la luna bajó una escalera de plata”. No hizo falta más. Mi libreta echaba humo, porque todo el club se puso a argumentar: quién vio la escalera de plata, quién subió o bajó por ella. Yo lo iba anotando todo, asombrado, porque aquel grupo de niños de Farsía actuaba como un cerebro único. Y así nació “El niño de luz de plata”. Najib, el chico listo que se hace amigo de un hijo de la luna. Lo probamos en las escuelas. Yo contaba el cuento de los niños de Farsía para los escolares, y Clara Bailo se ayudaba de un kamishibai para dibujar, desde atrás (oh, milagro), todo lo que yo iba contando. Ante los ojos asombrados de los escolares. Ahora, casi seis años después, aquellos niños son ya jóvenes, viven su propia vida, pero sus ideas, aquella catarata de pequeños sucesos, ha cristalizado. Es ya un libro. Un libro hermoso, en dos lenguas: árabe y castellano. Que se abre en vertical, para no ser ni occidental ni árabe, sino de todos.

Y de ese libro nacerá una biblioteca. En Dajla, el campamento más alejado, más olvidado, menos poblado. En el que, sin embargo, los niños esperan una caricia del destino. Y la tendrán. Tendrán una bibioteca en la que leer, pintar, reírse, enamorarse. Será libro a libro, uno a uno, como las grandes dunas, uno a uno los granitos de arena. Y con tu ayuda. Ahora nos lees, pero pronto tendrás en tus manos, bajo tus ojos, una historia hermosa en la que no hay ningún deseo de dar pena, de reclamar nada. O sí: la vida. Con sus momentos mágicos y con sus momentos terribles. Con su dolor y con su ternura. Porque el final, tan dulce, me lo susurró al oído Minetu, una de aquellas niñas del club de lectura de Farsía: “Y de la escalera cayó…” Y una mano se extendió. Para capturar una lágrima, o para estrechar otra mano. La tuya.

Gonzalo Moure

Una respuesta a Lo que tiene que pasar, pasará

  1. Emocionante , conmovedor!!! Esperanza cumplida y es sólo el comienzo! Enhorabuena Gonzalo…Enhorabuena a todos!!!

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