Todos vemos la misma Luna, es verdad. Pero ninguna es tan hermosa como la que se ve en el Sáhara. Y tan cercana. Tanto que, cuando sale por encima de la colina, tal parece que puedes caminar hasta ella.

Es lo que han hecho las niñas y niños de las cuatro bibliotecas del Bubisher, que durante varios días la han amado, la han jugado y… hasta la han conquistado. De estas fotos la más simbólica es la de la niña que ha puesto sobre la mesa un poco de arena lunar (tal vez es verdad que se puede llegar a la Luna desde los campamentos), y ha plantado en ella la bandera del Sáhara. Es una foto histórica, y cuando Estados Unidos, Rusia y China discutan de quién es la luna, esa niña se presentará con ella ante la asamblea de la ONU y dirá: ¡La Luna es de los niños del Sáhara, y aquí está la prueba!